Un pescador pensó que su perro se ahogó en una tormenta pero miraron bajo el barro...
Cuando la policía recupera el barco se da cuenta de lo imposible...
La felicidad es tan fuerte que nos hace saltar de alegría. Es un decir, no suelo ver a menudo a gente saltar de alegría, pero la euforia que vivió este hombre era tal que no sabía cómo reaccionar.
Sin embargo esta alegría había sido precedida de un gran dolor.
Este hombre, pescador de profesión y que vive en Australia, vivió el reencuentro más emotivo que he visto nunca – Y todos los amantes de los animales seguro que lo pueden entender.